La verdad es que me da igual si son más que amigos. No habría nada de malo. Cristiano Ronaldo puede ser heterosexual, homosexual, bisexual o lo que quiera. Por ello no vamos a juzgarle. Lo que sí es motivo de preocupación en la casa blanca son sus constantes viajes en jet privado a Marruecos. CR7 utiliza el avioncito de 19 millones de euros que se compró para ir a ver al boxeador marroquí Badr Hari, con quien mantiene una muy buena amistad.
Viajes exprés
Está aparcado en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, muy cerca de Valdebebas. Eso le permite viajar de lunes a jueves justo después de la sesión de entrenamientos. A eso de las 15:00 horas suele marcharse y regresa por la noche, así que sus visitas son fugaces.
En el club creen que eso es algo que está desgastándole, aunque siempre acude puntual a los entrenamientos y se deja la piel. Lo que está claro es que su vida ha cambiado desde que no está con Irina Shayk. Ha perdido la estabilidad emocional y eso ha podido minar su rendimiento deportivo.
La foto que ha levantado más revuelo
Mientras, las revistas del corazón tratan de sacar tajada de sus viajes hablando de la posible relación sentimental que podría mantener con «El hijo del desierto», que es como conocen a Badr en su país. Las fotos que han publicado juntos dan mucho juego, y también los comentarios que han añadido en tono jocoso. En una de ellas, en la que Badr coge a Cristiano como si fuera su mujer, se puede leer «Just Married» («Recién Casados»).
En fin, estaremos atentos a lo que siga sucediendo con esos viajes relámpago a Rabat que tan poco gustan a Florentino Pérez y sus secuaces.