Cristiano Ronaldo no jugó su mejor partido del año ante el Dinamo de Zagreb. El crack portugués no pudo moverse a su gusto porque los defensas del conjunto croata le marcaron de muy cerca y con mucha intensidad, en ocasiones con demasiada agresividad. Tal vez por ello terminó el partido con el tobillo sangrando y quejándose de que la gente le tiene envidia.