Rafa Benítez salvó el match ball de ayer gracias a Cristiano Ronaldo. El portugués no empezó bien el partido porque falló una ocasión muy clara a pase de Gareth Bale y mandó a las nubes un penalti inexistente señalado por González González. Minutos después tuvo una nueva oportunidad desde los once metros y acertó, mientras que en la segunda parte se inventó un gran remate para deshacer la igualada que había establecido la Real Sociedad.
Mal día para la Real
El equipo de Eusebio Sacristán vivió un partido para olvidar. Regresó a casa con Imanol Agirretxe y Sergio Canales lesionados, este último de gravedad al romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Si a eso le sumamos que los dos penaltis señalados, el primero de ellos demasiado dudoso y el segundo a gusto del consumidor, normal que se fueran cabizbajos del Santiago Bernabéu.
Cristiano golpeó dos veces
El primero de la tarde llegó en el minuto 42. Cristiano pudo resarcirse de sus errores superando a un Gerónimo Rulli que se había mostrado intratable hasta ese momento. El joven guardameta argentino se lanzó bien, pero fue incapaz de despejar el balón por lo violento que fue el golpeo del portugués, que se decantó por el lado que menos suele buscar a la hora de ejecutar penas máximas.
Tras la reanudación llegó el toque de atención. Jonathas se la dio a Bruma dentro del área y el pequeño delantero de la Real no se puso nervioso a la hora de sacarse un gran disparo de la chistera. La puso en la misma escuadra, casi imposible para un Keylor Navas que voló sin éxito.
El runrún se apoderaba del coliseo blanco y el corazón de Benítez se aceleraba. Todo hasta que CR7 reapareció para firmar un doblete salvador. A la salida de un córner botado por Marcelo, se echó para atrás y remató en carrera con su pierna menos buena para sorprender a Rulli y a los que sabemos que es capaz de cualquier cosa. Fue uno de esos goles que no suelen estar en su repertorio.
Lucas Vázquez volvió a dejar su sello
Eso pasó en el minuto 67, y hasta el 86 no llegó la sentencia. Gareth Bale la puso en el área para la llegada de Lucas Vázquez, que una vez más aprovechó los minutos que le dio el míster para demostrar que es un jugador muy válido para el Real Madrid. Controló, no se puso nervioso y definió con clase.