¿Quieres convertirte en un goleador? No todo el mundo puede serlo porque hay que tener instinto, pero trabajando una serie de aspectos podrás mejorar tus registros de cara a puerta. Piensa que no es nada fácil marcar goles, sobre todo cuando juegas en categorías donde hay mucho nivel y los equipos saben defender sin dejar espacios.
A continuación doy una serie de consejos que bajo mi humilde opinión son decisivos a la hora de convertirse en un ‘killer’ de área. Toma nota y haz todo lo posible por parecerte a los futbolistas que menciono en cada apartado.
Buen golpeo con las dos piernas
Un delantero debe saber definir con las dos piernas. Si no sabe disparar con la pierna menos hábil, se verá obligado a recortar para orientar el balón a la pierna hábil, algo que puede desbaratar una ocasión de gol. Hay que ser rápido a la hora de soltar la pierna y es bueno saber golpear con ambas tanto de interior como de empeine. ¿Lo mejor para lograrlo? Practicar disparando a puerta y dando toques de balón.
Radamel Falcao es un buen ejemplo de delantero que sabe manejar sus dos piernas. Aunque está lejos de su mejor nivel, cuando jugaba en el Atlético de Madrid nos deleitó con golazos fabricados con la zurda, su pierna menos buena.
Rapidez con el balón en los pies
De nada sirve ser rápido sin el balón en los pies si cuando lo recibes eres más lento que el caballo del malo. Hay que tener la suficiente habilidad y destreza como para controlarlo con la misma velocidad que cuando no se tiene. Es algo decisivo a la hora de encarar a un defensa que no tiene coberturas y está completamente vendido. En muchas ocasiones marca la diferencia entre finalizar con éxito o desperdiciar una ocasión de gol.
Romario era todo un artista en lo de conducir el balón rápido. Parecía un jugador lento que apenas se movía, pero cuando pisaba área con el balón en los pies se transformaba. Y si no que se lo pregunten a Rafa Alkorta, que todavía está buscando su famosa cola de vaca en el Clásico de enero de 1994 que acabó 5-0 a favor de los hombres que dirigía Johan Cruyff.
Dominio del juego aéreo
Un goleador puede engordar sus estadísticas si tiene la capacidad de rematar de cabeza con acierto. Para ello no siempre es necesario medir más de 1,85 metros de altura, aunque está claro que es algo que ayuda. Es importante saltar lo más arriba posible, marcar los tiempos en el momento adecuado e imprimir fuerza y colocación al balón. Siempre hay que rematar con la frente.
Cristiano Ronaldo es el mejor ejemplo que se puede dar. El portugués siempre es un peligro para las defensas rivales porque domina el juego aéreo como pocos.
Capacidad de desmarque
El delantero listo, el que sabe jugar al borde del fuera de juego, puede hincharse a marcar goles. Hay que colocarse bien, iniciar el cambio de ritmo cuando toca y no precipitarse para no caer en fuera de juego. Las defensas adelantadas corren el riesgo de toparse con jugadores que saben cómo aprovechar los espacios.
Luis Suárez es un fenómeno desmarcándose. Juega rodeado de auténticos cracks que adivinan sus intenciones, pero también es verdad que pone de su parte dejando caer por dónde se va a mover.
Picardía
Hay goleadores que no tienen técnica o poseen un físico que no es nada del otro mundo. ¿Qué les vale para marcar goles? La picardía. Aprovechan todos los errores del rival y son capaces de definir de forma inesperada para que el balón termine alojado en las redes. Y no solo eso, sino que saben estar en el sitio indicado en el momento perfecto para marcar a placer cuando se dan las circunstancias.
Raúl González era el maestro de la picardía. Nadie pone en duda su talento, pero a decir verdad marcó muchísimos goles tirando de un instinto que no tiene cualquiera. Nació para el gol.
Regate y definición
Aunque los delanteros toscos están de moda últimamente, el fútbol romántico vive del regate y la definición de algunos cracks. Son los auténticos cracks, no los que se limitan a poner la cabeza o el pie cuando todo está más que masticado. Son los que resuelven partidos gracias a jugadas inimaginables tirando de magia y calidad. Son, en definitiva, los que enamoran al aficionado.
Ronaldo, el mejor delantero centro de la historia en mi opinión, dejó muestras de lo que es regatear y definir como los ángeles a lo largo de su carrera profesional. También tenía velocidad y potencia, pero iba tan sobrado técnicamente que en sus últimas temporadas como profesional no echó de menos perder el físico privilegiado que mostró en su primera temporada con el Barça, la que maravilló al mundo entero.
Sangre fría
Un tipo muy nervioso puede fallar muchos goles a lo largo de un año. A un delantero le conviene estar tranquilo, sobre todo cuando se encuentra en un mano a mano con el portero. En esos casos es bueno tener sangre fría para definir de la mejor forma posible, sin precipitarse y sin caer en un estado de ansiedad.
Leo Messi es un gran ejemplo de lo que significa definir con sangre fría. El astro argentino rara vez se precipita cuando tiene el gol a tiro. Levanta la cabeza, piensa y define con lo que pida la jugada: una vaselina, un toque sutil, un disparo potente…