Cristiano Ronaldo y Leo Messi son los dos mejores jugadores del mundo. Lo son desde hace un buen puñado de años y lo seguirán siendo durante algunos años más con el permiso de Neymar, Antoine Griezmann y Kylian Mbappé, que parecen ser los aspirantes al trono.
Lo que normalmente se hace para comparar a ambos es tirar de estadísticas, pero esta vez voy a centrarme en una comparación basada en otros aspectos que no se pueden medir tan fácilmente.
Velocidad
Cristiano Ronaldo es un atleta, y eso le permite acelerar y mantener su carrera a un gran ritmo durante muchos metros. De ahí que sea uno de los delanteros más rápidos del planeta, un amante del contraataque que tan bien le ha funcionado al Real Madrid. Messi, por su parte, es más rápido con el balón en los pies, y encima es capaz de llevarlo pegado al pie con una facilidad que asombra.
Regate
Creo que en este apartado no hay color. Cristiano Ronaldo tiene problemas para superar a los contrarios a menos que recurra a su velocidad o a un ligero toque hacia al lado para disparar. Messi, en cambio, deja rivales atrás como si estuviera en el patio del colegio, sobre todo cuando parte desde la banda derecha y va ganando ángulo hacia el centro. Esa jugada la ha repetido mil veces y la seguirá haciendo con una efectividad que asusta.
Remate de cabeza
En el juego aéreo hay un claro dominador. Cristiano aprovecha su altura para llegar a muchos balones, algo que Messi no puede hacer por mucho que todavía recordemos aquel golazo que marcó en la final de Roma ante el Manchester United. CR7 es un muy buen rematador al que le hemos visto muchas veces marcar a la salida de un córner, ya que tiene la capacidad de elevarse y mantenerse en el aire para impactar el balón en el momento clave.
Lanzamiento de faltas
Los dos son muy buenos, pero creo que me quedo con Messi. El argentino ha mejorado mucho y da la sensación de que cada falta cerca del área es como un penalti. Cristiano no tiene tanta calidad para ejecutar un lanzamiento por encima de la barrera porque no se vale del interior de su bota derecha, sino que prefiere utilizar el empeine para buscar la potencia. Eso hace que sus disparos muchas veces sean imparables, pero también le lleva a cometer muchos errores.
Definición
Los dos saben lo que hacen cuando se ven delante del portero. Cristiano y Messi no se ponen nerviosos y suelen definir con mucha efectividad. Al portugués le viene muy bien ser un ‘killer’, mientras que el argentino recurre a su talento natural para definir como es debido: toquecito por encima del portero, regate, disparo potente y ajustado…
Uso de «la pierna mala»
Messi, como muchos zurdos, no lleva muy bien eso de utilizar la pierna derecha, aunque ni mucho menos podríamos decir que no la maneja bien. Eso sí, en este apartado creo que es justo decir que Cristiano maneja mejor la pierna izquierda que Messi la derecha.
Compañerismo
Creo que no hace falta decir que Messi es mucho más compañero que Cristiano. ¿Qué es eso de no ir a celebrar con efusividad un gol que ha marcado un compañero? Que se lo pregunten al luso, que solo corre para celebrar los goles cuando los marca él. Ya sabemos que su ego y su afán de protagonismo hacen que muchas veces se ponga en duda su compromiso con el colectivo.
Último pase
El hecho de que Cristiano sea un ‘killer’ que solo piensa en él hace que no esté por la labor de dar el último pase. Si puede definir define. Messi es más generoso y asiste en muchas ocasiones a su amigo Luis Suárez, aunque lo cierto es que suele ser el que define porque todos le buscan a él.
Penaltis
Cristiano es de los que no suelen fallar desde los 11 metros. Es muy efectivo porque dispara con mucha potencia y el portero debe lanzarse muy rápido para detener el balón. Messi también es un seguro de vida desde el punto de penalti, pero en los últimos años le hemos visto fallar más penaltis de lo habitual.
Ambición
En ambición no hay nadie que pueda con Cristiano. Es incansable y solo piensa en ganar. Eso hace que sus compañeros también se pongan las pilas, así que en ese sentido es un ejemplo a seguir. Messi también es ambicioso, pero no lo demuestra tanto. Hay días que se le ve muy apagado, como deprimido.