Pep Guardiola no es tonto. El que será nuevo entrenador del Manchester City a partir de la temporada que viene ya está pensando en la plantilla que tendrá a su disposición. Es casi perfecta, y digo «casi» porque hay una serie de posiciones que considera que no están todo lo bien cubiertas que le gustaría.
Una de ellas es la que tiene que ver con la portería. Joe Hart es uno de los mejores del mundo y su juego con los pies, un requisito indispensable para Pep, dista de ser brillante. Todo lo contrario podemos decir de Claudio Bravo, que no solo es seguro bajo palos, sino que sabe sacar el balón jugado como un defensa más.
La cláusula o nada
Tal vez por ello el chileno está en la órbita del City, que podría pagar los 40 millones de euros que figuran en su cláusula de rescisión. Por ahora tiene contrato hasta el 30 de junio de 2019 y en el Camp Nou confían en su continuidad. Sin embargo, teniendo en cuenta que en abril cumplirá 33 años, puede que no sea tan mala idea aceptar la oferta y apostar de una vez por todas por un Marc-André ter Stegen que pedirá salir este verano si no le dan la titularidad en la Liga.
No es un fichaje imposible
Bravo es feliz en el Camp Nou, pero para que su felicidad fuera plena debería jugar la Champions League. La Copa del Rey no le importa tanto porque se ha puesto de moda dejarla para el portero suplente, pero no le gusta nada ver los partidos de la máxima competición europea desde el banquillo. Por eso, y porque la oferta económica de los citizens podría ser considerablemente superior, no hay que descartar que dé el «sí quiero» para incorporarse al proyecto futbolístico más ambicioso de los próximos años.