Fue un fichaje polémico por su «no» cinematográfico un año antes de aterrizar. Antoine Griezmann, que montó un circo para decir que se quedaba por dinero amor al Atlético de Madrid, decidió unirse a Leo Messi y Luis Suárez cuando ya era demasiado tarde. Lo que iba a ser una relación de amigos, se convirtió en una relación más bien fría, como es la que mantienen a día de hoy Leo y Antoine.
No todo era tan maravilloso como creía. El ex del Atlético, equipo líder de apuestas en Betway apuestas de fútbol, ha pasado de ser un ídolo en el Wanda Metropolitano a ser uno más en el Barça. Uno más que ni siquiera juega los partidos importantes, algo que ya le pasó con Ernesto Valverde y Quique Setién, y le está volviendo a pasar con Ronald Koeman. Por algo será.
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