Entre Iker Casillas y Diego López no existe una buena relación, o al menos eso es lo que parece por lo que sucedió el pasado sábado. No se dedicaron ni un solo gesto de complicidad durante el calentamiento antes del partido ante el Levante, no hablaron y prácticamente ni se miraron. Hubo mucha tensión y eso quedó reflejado segundos antes de que los jugadores del Real Madrid saltaran al césped del Santiago Bernabéu.
Un gesto muy feo
Diego López bajó por las escaleras del túnel que te lleva al campo y Casillas hizo lo propio a escasos metros de él. El capitán saludó a todos los compañeros que se fue encontrando por el camino, pero cuando se cruzó con el lucense pasó de largo. Ni le miró, le ignoró por completo.
No sé si entre ambos ha sucedido algo que desconocemos, pero lo que está claro es que la actitud de Casillas deja mucho que desear. Debería aceptar su suplencia como la aceptó en su día Diego López cuando compartieron vestuario. Es muy fácil ser simpático y campechano cuando eres titular y te va todo de cara, pero cuando verdaderamente tienes que demostrar que eres una gran persona y un gran compañero es cuando las cosas no te van tan bien.
Estaremos atentos a las declaraciones que puedan hacer sobre el tema en los próximos días. Estoy seguro de que algún periodista las preguntará por su relación.