La paciencia tiene un límite temporal. Iker Casillas lo dejó claro ayer en unas declaraciones en las que volvió a hacer gala de su sinceridad. El capitán del Real Madrid está dispuesto a abandonar el club de toda su vida si el panorama no cambia en los próximos tres meses. Llegado a ese punto estudiará ofertas para marcharse en el mercado de invierno:
Si dentro de tres meses la situación no cambia y me hacen la misma pregunta, a lo mejor contesto que me estoy planteando irme.
Ser suplente en Liga y titular en Champions no es algo que le haga demasiada gracia. De hecho, ni siquiera debe ser algo agradable para Diego López. Carlo Ancelotti se ha inventado una fórmula para tener a los dos contentos que no termina de convencer a nadie.
Quiere más
Iker no se rinde y peleará por la titularidad cada semana. Quiere competir más y sabe que tendrá que sudar mucho para convencer a Ancelotti. Diego López está a un gran nivel y no se lo va a poner nada fácil. De hecho, ahora mismo solo tendría alguna opción si el lucense encadenara un par o tres de malas actuaciones, algo que parece cuanto menos improbable.
Los jugadores son egoístas, eso es de buen profesional, como lo es respetar la opinión del entrenador. Lo que tendré que hacer es entrenar mucho más para poder jugar.
Pide paciencia a los aficionados
Sobre el equipo también ha hablado. Ha pedido paciencia, que es justo lo que él está perdiendo por culpa de la suplencia. Cree que el buen juego llegará tarde o temprano porque necesitan algo de adaptación. Además, ha añadido que ahora mismo no pasa por su cabeza ser entrenador, ya que su objetivo es seguir bajo palos durante unas cuantas temporadas más.
Hay que dar tiempo al equipo. Hay nuevos compañeros y técnicos y todos necesitan tiempo para adaptarse. En el Madrid es difícil llamar a la paciencia, pero necesitamos tiempo. Aún no me planteo un futuro como entrenador. Tengo cuerda para rato jugando al fútbol. Ya habrá tiempo para pensar en otras cosas.