José Mourinho se ha despedido a su manera de Manolo Preciado, quien como sabéis falleció anoche cerca de Valencia. Lo ha hecho como un señor y recordando a su compañero de profesión como una persona muy válida para el deporte. Llegaron a enzarzarse hace dos años antes de un partido entre el Real Madrid y el Sporting de Gijón. Sin embargo, al final hicieron las paces y hasta tuvieron la oportunidad de charlar relajadamente en la Ciudad Deportiva del Real Madrid en Valdebebas.
El técnico portugués ha querido enviar una carta dedicada al cántabro y a todas las personas que le quieren. El texto que incluye la misma es el siguiente:
No soy nadie para pretender ensalzar la vida de Manuel Preciado, que se ha partido en mil pedazos hoy. Pero como colega y hombre de fútbol deseo en este durísimo momento enviar mi humilde mensaje de dolor a todos los suyos, a su famila, a su gente del Sporting, del Racing, del Levante y del Villarreal, club al que seguro iba a rescatar de la Segunda División; a todos los equipos en los que dejó su huella. Manolo fue siempre un rival digno, al que descubrí bien cuando se acercó a visitarnos, el pasado mes de marzo, a la Ciudad Real Madrid, en Valdebebas. Él tenía todo aquello que me gusta de las personas y de los deportistas: carácter, transparencia y valor para luchar contra los golpes, que fueron cruelmente duros en su caso. Nos ha dejado una figura del fútbol y sobre todo una persona muy especial. Todo mi ánimo y apoyo para los que le apreciaron de corazón. Mi recuerdo por él será sentido y permanente.
Gran gesto de Mourinho acordándose de un entrenador que le arrebató un récord personal impresionante, el de más tiempo sin perder en casa en competición doméstica.