Joaquín Caparrós no quiso responder a una de las preguntas que le formularon tras el partido que el Mallorca disputó ayer en Mestalla. Se negó a decir si le gustaría o no entrenar al Valencia algún día. Lo hizo por respeto a Unai Emery, a quien considera un «pedazo de entrenador con mucho recorrido». Lástima el aficionado valenciano sea tan exigente, pues no es normal que hayan pitado a hombres que han hecho tanto por el club como Héctor Cúper, Quique Sánchez Flores, Claudio Ranieri o Rafa Benítez.