La selección portuguesa sigue en caída libre con Carlos Queiroz en el banquillo. El ex entrenador del Real Madrid, que ya volvió de Sudáfrica siendo muy cuestionado, tuvo que ver el empate a 4 de su equipo ante Chipre desde la grada del estadio D. Afonso Henriques, pues hay que recordar que cumple 6 meses de sanción.
El partido fue muy loco y los chipriotas sacaron petróleo en todo momento. Todo ello gracias a una defensa portuguesa que hizo aguas por todas partes. Miguel, Bruno Alves, Ricardo Carvalho y Fábio Coentrao se podían haber quedado en casa anoche.
El primero lo hizo Aloneftis tras aprovechar una gran jugada combinativa que se concretó en un pase a la espalda de la defensa. El futbolista del Omonia no se puso nervioso y batió a Eduardo con una gran vaselina. Portugal reaccionó 5 minutos más tarde gracias a un buen cabezazo de Hugo Almeida, pero los chipriotas volvieron a adelantarse en el marcador al poco tiempo gracias a un gran gol de Konstantinou. Antes del descanso, Raúl Meireles ponía el 2-2 con un buen disparo desde fuera del área con su pierna izquierda.
La segunda mitad fue más de lo mismo, descontrol en la defensa lusa y chispazos de genialidad en Chipre. Danny hizo el 3-2 a los 4 minutos de la reanudación de cabeza, lo que hacía pensar que la victoria ya estaba bastante encarrilada. Sin embargo, Chipre empató 6 minutos más tarde porque Okkas finalizó muy bien un pase en profundidad impecable. Sin tiempo para darse un suspiro, Manuel Fernandes logró un soberbio golazo desde fuera del área en el minuto 60.
Cuando todo el mundo daba por hecho que Portugal iba a ganar con sufrimiento, apareció la figura de Andreas Avraam, quien en posición reglamentaria aprovechó un rechace de Eduardo para establecer el 4-4 definitivo en el minuto 89. La afición lusa no se lo podía creer, sin Cristiano Ronaldo habían hecho el ridículo. La continuidad de Queiroz está más en entredicho que nunca.