Poco tuvo de amistoso el partido que ayer disputaron el Cagliari y el Bastia. Los italianos ganaban por 3-0 cuando faltaban 15 minutos para la conclusión. Entonces llegó la jugada que encendió una chispa que produjo un cortocircuito en la cabeza de más de un jugador. Futbolistas de ambos equipos empezaron a repartir puñetazos y patadas a diestro y siniestro, aunque afortunadamente la batalla campal no pasó a mayores.