Nada, absolutamente nada, puede justificar el patadón que le dio el ucraniano Taras Stepanenko a un jugador de Moldavia en el partido que anoche disputaron ambas selecciones. Le clavó los tacos en la nuca y el árbitro no se lo pensó dos veces. Tarjeta roja y a la ducha. Y porque no pudo decretar cárcel…