Iker Casillas salió escaldado del partido que su equipo ganó esta noche en el Ramón Sánchez Pizjuán. El portero del Real Madrid fue agredido con un botellazo justo después de que Undiano Mallenco señalara el final del partido. Primero le lanzaron uno que no le alcanzó de milagro, pero el segundo sí que le llegó a impactar en la cabeza.
Tras sufrir el impacto, hizo sus primeras declaraciones a pie de campo para Canal Plus:
Algún vándalo me ha tirado una botella, pero esto no empaña a una afición espléndida.
Ahora lo que es de esperar es que sancionen al Sevilla por lo ocurrido. Además, creo que deberían cerrar el campo, algo que se hacía mucho más antes que ahora. Así es como se aprende, aunque evidentemente la culpa sólo es de uno.