Como era de esperar, Karim Benzema levantó un trofeo que se merecía más que nadie por una temporada brillante. El francés fue uno de los grandes artífices del éxito de un Real Madrid que conquistó tanto LaLiga como la Champions League. Marcó muchos goles, repartió muchas asistencias y ejerció de líder. Todo ello a sus 34 años, convirtiéndose en el ganador del Balón de Oro más veterano desde 1956.
Balón de Oro y Trofeo Yashin para dos madridistas
En segunda posición acabó Sadio Mané, Kevin de Bruyne fue tercero y Robert Lewandowski se conformó con la cuarta posición. Lo que no entiendo es por qué Thibaut Courtois fue séptimo y Vinícius octavo, ya que en mi opinión merecieron estar más arriba. Sobre todo el belga, MVP de la final de la Champions League tras una temporada estratosférica, que por lo menos sí recibió el premio al mejor portero del año, el trofeo Yashin.
Zinedine Zidane fue el encargado de entregar el premio a Benzema, algo que hizo que todo fuera más emotivo si cabe. Es uno de sus ídolos desde siempre, como también lo es un Ronaldo que no quiso perderse la gala y que se llevó los piropos de Karim. También estuvo Figo, por lo que la fiesta madridista se vivió por todo lo alto con Florentino Pérez contemplando la escena con cara de satisfacción.
Florentino pasa de Mbappé
El presidente del actual campeón de Europa no habló con Kylian Mbappé. No hubo gestos de complicidad como sí los había cuando el coqueteo entre el club y el jugador parecía que iba a llegar a buen puerto. Las relaciones están rotas y en el Santiago Bernabéu nadie quiere volver a escuchar su nombre. De hecho, no son pocos los que se alegran de que finalmente no haya llegado a la capital de España, más que nada por la que está organizando en el PSG, donde el mal ambiente podría torcer otra temporada en la que los franceses aspiran a ganar la ansiada Champions League.