En diciembre cumplirá 26 años y ya no será ningún chaval. No se podrá decir eso de que todavía es joven y ya explotará algún día. Los que han explotado han sido los aficionados del Real Madrid, cansados de su apatía y de la falta de gol que ha demostrado temporada tras temporada.
Karim Benzema tiene dos caminos por recorrer: puede quedarse como está y ser uno de esos delanteros que no pasan a la historia del fútbol o convertirse en una leyenda del madridismo. Está a tiempo de enderezar su delicada situación, pero el margen de maniobra es cada vez más pequeño y solo se sostiene en el once por la escasa competencia y su complicidad con Zinedine Zidane.
Lo tiene casi todo
Es técnico, tiene visión de juego y clase suficiente para convertirse en uno de los mejores delanteros del mundo. Sin embargo, le falta morder para ser un goleador de época, un delantero tipo Radamel Falcao o Samuel Eto’o. Estos dos salen a comerse el césped cada vez que saltan a un campo y hacen todo lo posible para no irse a la ducha sin haber marcado. Lo de Benezema es distinto, es un ni frío ni calor que con el tiempo molesta a los aficionados.
Más competencia a la vista
El mercado de invierno está a la vuelta de la esquina y podría significar el principio del fin de Benzema como jugador del Madrid. No creo que le traspasen en enero, pero es muy probable que llegue otro delantero para competir con él como lo hacía Gonzalo Higuaín. Sin ir más lejos, ayer se escuchó con mucha fuerza el nombre de Jackson Martínez, delantero colombiano del Oporto. También suenan los de Falcao y Luis Suárez.