Lo del Arsenal es preocupante. Tanto como la ceguera de sus directivos apostando año tras año por Arsène Wenger. El técnico francés volvió a presenciar una derrota dolorosa en la Champions, igual de sonrojante que la de la pasada edición ante el Mónaco en el Emirates Stadium.
El Dinamo de Zagreb, un club que solo había sumado un punto de 36 posibles en sus dos últimas apariciones en la máxima competición europea, fue capaz de pasarles la mano por la cara. Se llevaron el partido por 2-1 y lo celebraron como si hubieran ganado el título. Normal.
El enésimo desliz
El primero de la noche llegó en el minuto 24. Josip Pivaric recibió un buen balón dentro del área y encaró a David Ospina, que ayer sentó a Petr Cech en el banquillo sin que nadie lo llegue a entender. Su disparo golpeó en el meta colombiano y el rechace fue a parar los pies de Alex Oxlade-Chamberlain, con tan mala fortuna que lo introdujo en su propia portería sin querer.
Las cosas se pusieron más feas cuando Olivier Giroud vio su segunda tarjeta amarilla en el minuto 40 por una patada innecesaria. El rumano Ovidiu Hațegan se puso serio y le mandó al túnel de vestuarios sin pensárselo demasiado.
Tras la reanudación más problemas. Llegó el segundo de los croatas a la salida de un córner que remató el chileno Junior Fernandes. Las caras de los jugadores del Arsenal eran un poema.
Hubo un conato de reacción en el minuto 79 gracias al gol de Theo Walcott, pero el marcador no se movió y los 18.000 aficionados que asistieron al Stadion Maksimir de la capital celebraron lo impensable.
Müller lideró al Bayern en Grecia
Mucho más fiable es el Bayern de Múnich de Pep Guardiola. Tenía la típica salida complicada por eso de jugar en Grecia, pero al igual que pasa en Turquía eso no son más que falsos mitos. Thomas Müller adelantó a los suyos ante el Olympiacos en el minuto 52 con un disparo que parecía un centro. Roberto estaba algo adelantado y se lo tragó con patatas. No fue tan escandaloso como el de Florenzi a Ter Stegen, pero tela marinera.
El segundo lo hizo Mario Götze en el minuto 89. El ex del Borussia Dortmund aprovechó los 10 minutitos que le dio Guardiola para marcar un gran gol. Es una lástima que no tenga más protagonismo.
Cerró la goleada Müller en el tiempo de descuento transformando un claro penalti.