Franck Ribéry es un genio, un mago del fútbol. Tiene una calidad increíble, desborda por velocidad a sus rivales y siempre está atento a cualquier jugada. Sin embargo, cuando no está jugando y le toca estar junto a su mujer, el grado de atención disminuye drásticamente, sobre todo si se encuentra viendo un partido del Bayern de Múnich desde la grada.
Lo pudimos comprobar el pasado martes, cuando su equipo disputó las semifinales de la Copa de Alemania ante el Wolfsburgo. Las cámaras le pillaron dándose un beso con Wahiba, pero hubo menos pasión que en los besos que se dan la Duquesa de Alba y Alfonso Díez.
El francés movió la boca todo lo que pudo y más sin quitar sus ojos del césped, mientras que su mujer estaba dándolo todo para recibir un beso de película que se quedó en agua de borrajas. Fue un momento poco romántico que habría sido abucheado por el público si se tratase de la famosa ‘kiss cam’ que tanto les gusta a los norteamericanos.