Los argentinos se llevaron una alegría enorme cuando Marcos Rojo superó a Francis Uzoho con un gran remate en el corazón del área tras un centro de Mercado. Derrotaron por 2-1 a Nigeria y se clasificaron, ya que Croacia hizo los deberes en el otro partido superando a Islandia por 1-2.
A pesar de la clasificación para octavos de final, donde se medirán a Francia, da la sensación de que esta Argentina no puede ganar el Mundial ni con el mejor Leo Messi, que en parte se dejó ver durante el primer tiempo.
Una alineación más lógica
Se notó que la alinación no la hizo Jorge Sampaoli a solas. Más que nada porque hubo criterio, una apuesta por futbolistas de más calidad que los que habíamos visto hasta ahora. Éver Banega se hizo con el centro del campo y en una de las bandas vimos a Ángel Di María, que aunque no estuvo inspirado lo intentó como suele ser habitual en él.
Genial pase de Banega que Messi no desaprovechó
De las botas de Banega, el jugador con más criterio que puede tener Argentina ahora mismo en el centro del campo, nació el primero gol de la noche. El futbolista del Sevilla se la puso a Messi, que controló e hizo lo que mejor sabe hacer. Remató con la derecha y puso el 0-1 en el electrónico.
Penalti de los que por fin se pitan
Eso pasó en el minuto 15 y con ese marcador se llegó al descanso. Tras la reanudación, sin embargo, las cosas empeoraron para Argentina, tanto en juego como en resultado, ya que el árbitro, el turco Cuneyt Cakir, señaló penalti por un claro agarrón de Javier Mascherano, que de forma incomprensible pedía que lo miraran en el VAR. En este Mundial de Rusia se están poniendo las pilas para señalar los agarrones de los defensas en el área, lo cual me parece genial porque siempre gozan de una impunidad que desquicia a los delanteros y a los aficionados.
Nigeria se olvidó de sentenciar
Los nigerianos estaban clasificados y se les veía muy cómodos. Aprovechaban los errores en la entrega de los argentinos y un desorden que les pudo costar muy caro. Sin embargo, no eran capaces de definir con éxito de cara a puerta, algo que al final pagaron muy caro.
Antes del 1-2 definitivo, que subió al marcador en el minuto 86, el árbitro consultó unas manos en el área de la albiceleste que finalmente consideró que eran involuntarias. Acertó y luego llegó el gol liberador de Rojo, el que clasifica a una Argentina que tendrá que mejorar muchísimo si quiere doblegar a Francia, que tiene jugadores de mucho más nivel que no desaprovechan regalos.