Hablar de Dani Alves es hablar de un mercenario del fútbol. Siempre lo he pensado y creo que con el paso del tiempo se está confirmando. Cuando abandonó el Sevilla lo hizo por dinero y por evolucionar, pero su destino solo se basaba en el dinero. Primero le sedujo la posibilidad de fichar por el Chelsea, pero al final acabó en el Barça porque fue más generoso.
Sus buenas temporadas le pusieron en el punto de mira de los nuevos ricos, como por ejemplo el PSG. Se ha rumoreado con su marcha al equipo francés, que le ofrecía un buen contrato, pero al final no se ha movido. No se ha movido porque las ofertas que han llegado no han convencido a los culés, pero no por el deseo del brasileño, que siempre se ha mostrado predispuesto a coquetear.
En el ocaso de su carrera profesional
Ahora las cosas no le van tan bien. Tiene 31 años, no acabó el Mundial de Brasil como titular y el Camp Nou le ha llegado a criticar, entre otras cosas por unos gestos y unas declaraciones sobre el ambiente que se vive en el coliseo azulgrana que no sentaron nada bien y que todavía escucen.
El problema es que ya no tiene ofertas, o las que tiene no le convencen desde el punto de vista económico. Y claro, como en su día firmó un suculento contrato con el Barça, ahora dice que quiere cumplir su contrato. Curioso, ¿verdad?
Hay prisas por traspasarle
El próximo 30 de junio quedará libre y Josep Maria Bartomeu sabe que es ahora cuando puede sacar algo de tajada por su traspaso. Por eso la prioridad del Barça es venderle, pero Alves no está por la labor de salir. Por lo menos eso es lo que parece escuchando sus últimas declaraciones:
Estoy muy contento en el Barça. Hemos vivido unos años maravillosos, los últimos no tanto, pero es hora de volver a disfrutar en este club.
Cambia su discurso de la noche a la mañana porque el PSG ha reculado y no está dispuesto a ofrecerle la cantidad que le ofrecía en su día. Así las cosas, creo que Luis Enrique se quedará con él y tendrá la misión de recuperar su mejor versión para que su última temporada sea cuanto menos decente.