Aquí diríamos que no se comerá los turrones, pero en Italia cambian el dulce para apostar por uno que es original de su tierra. El caso es que Massimiliano Allegri tiene los días contados en la Juventus, y eso que viene de ganar el Scudetto y la Coppa de Italia, además de haber llevado a su equipo a la final de la Champions League.
Demasiados pinchazos
En el fútbol la memoria es muy corta y los aficionados empiezan a mosquearse. Menos mal que no se ha ido Paul Pogba, aunque a decir verdad el francés no está demasiado fino en lo que llevamos de curso. Quería cobrar mucho en el Barça o en cualquier otro equipo, pero me temo que se verá obligado a rebajar sus pretensiones económicas si su rendimiento no mejora y hace una Eurocopa discreta.
A la Juventus no le va nada mal en la Champions, donde lidera su grupo con 7 puntos. Sin embargo, en la Serie A las cosas son totalmente distintas. Ayer perdieron en campo del Sassuolo por la mínima y ocupan la duodécima posición con 12 puntos de 30 posibles, una cifra que me recuerda mucho a la de José Mourinho con su Chelsea en la Premier League.
Peligra el quinto campeonato consecutivo
Están a once puntos del líder, la Roma, y a nueve de los puestos que te dan derecho a jugar la Champions. No es una diferencia insalvable porque todavía queda mucho, pero la reacción no puede esperar más. ¿Tal vez sea necesario un relevo en el banquillo? Quién sabe. La familia Agnelli no debe estar satisfecha con el hombre que les hizo soñar la temporada pasada, así que cualquier cosa puede pasar en los próximos días.
El calendario que tienen por delante no es precisamente alentador. Reciben al Torino, viajan a Mönchengladbach, van al campo del Empoli y reciben al Milan antes de verse las caras con el Manchester City. Después tienen tres salidas consecutivas (Palermo, Lazio y Sevilla) que podrían hundir un barco que navegaba sin sobresaltos cuando Andrea Pirlo estaba en la sala de máquinas y Carlos Tévez capitaneaba la delantera.