Álvaro Morata es un hombre feliz. Las fotos que publica en Instagram no dan lugar a dudas. El delantero centro del Real Madrid ha encontrado la estabilidad emocional en los brazos de Alice Campello, una joven modelo italiana de 21 años que le conquistó gracias a las fotos que compartía y sigue compartiendo en las redes sociales.
La de Venecia recibió un mensaje privado del madrileño y se tomó su tiempo para contestarlo. Su padre, un empresario que posee varios concesionarios en Italia, le recomendó mantenerse alejada de los futbolistas. Sin embargo, decidió responder a su petición y una semana después quedaron para conocerse en Milán.
Le ayudó a levantar cabeza
Desde entonces su vida ha cambiado por completo. Ha salido del pozo en el que estuvo metido cuando rompió con su anterior pareja, algo que coincidió con algunos problemas de su familia y con una lesión (pubalgia) que nunca confesó a los medios. De hecho, el bueno de Morata llegó a pedirle consejo a Giangluigi Buffon, que a modo de padre le recomendó llorar encerrado en una habitación: «Me dijo que, si estás mal, lo mejor es que te encierres a llorar en una habitación, pero no dar ninguna muestra de debilidad porque mucha gente irá a por ti e intentarán desestabilizarte». Eso fue lo que le recomendó el capitán de la Juventus y la selección italiana.
Su temporada en Italia acabó de la mejor forma posible y fue titular indiscutible en la Eurocopa. Eso hizo que el Real Madrid no se planteara su venta este verano, y eso que tuvo buenas ofertas para hacer caja. Morata se había ganado la confianza de Zinedine Zidane.
Estudia, trabaja y tiene una empresa
Campello no quiere ser la típica novia de un futbolista que vive mantenida, pero ha decidido viajar a la capital de España para estar junto a Morata. Estudia Marketing en la Universidad de Milán y también trabaja como modelo, aunque por ahora se lo toma con calma. No es difícil verla posando en ropa interior o en bikini.
Además de estudiar y trabajar, Alice es emprendedora. Su padre le ha dado el dinero necesario para crear una empresa que se dedica a vender bolsos bajo el nombre de Avril («abril» en francés). Cada uno de ellos cuesta 159 euros, así que no son bolsos que estén al alcance de cualquiera.
Veremos cuánto dura esta relación que de momento va viento en popa. De hecho, ambos ya conocen a las familias y la felicidad que les rodea es máxima. Lo celebran los enamorados, y también lo celebran en el Madrid, donde disfrutan del fútbol de uno de los delanteros más prometedores del país.