El Bayern de Múnich, como todos los clubes a estas alturas, ya están pensando en la planificación de la temporada que viene. Es verdad que en la actual todavía hay mucho en juego, pero no menos cierto es que hay que negociar con otros clubes y con jugadores para confeccionar las plantillas del próximo curso.
En el Allianz Arena todo hace pensar que mantendrán el bloque. Han sido capaces de renovar a sus futbolistas más importantes, como es el caso de Robert Lewandowski o Manuel Neuer. Sin embargo, no descartan reforzarse con hombres de la talla de Mesut Özil y Granit Xhaka, que recientemente vivieron la pesadilla de sufrir dos goleadas de escándalo ante el que podría ser su próximo equipo.
No se han olvidado de Özil
Özil es un viejo deseo de los bávaros. Le querían cuando fichó por el Real Madrid, y se volvieron a interesar por él cuando fichó por el Arsenal, aunque ya habían movido ficha contratando a un Mario Götze que nunca llegó a darles lo que esperaban.
El internacional alemán quiere renovar siempre y cuando mejoren su ficha. Además, está muy pendiente de lo que sucederá en el banquillo, ya que Arsène Wenger tiene los días contados y el próximo entrenador tendrá que hablar con él para decirle si será tan importante como ahora dentro de su esquema.
Su contrato expira el próximo 30 de junio de 2018 y los londinenses tienen poco margen de maniobra: o le renuevan o le traspasan. De lo contrario, en junio de 2018 se irá con la carta de libertad bajo el brazo, lo que implicaría no recuperar ni un solo euro de los 45 millones que se gastaron en su día. Demasiado doloroso.
¿Xhaka para suplir la baja de Xabi Alonso?
Lo de Xhaka me parece más complicado porque llegó el pasado verano. Eso sí, no es un crack tan indiscutible como Özil y el nuevo entrenador podría prescindir de él si la oferta de los alemanes es lo suficientemente buena. Ottmar Hitzfeld, exentrenador del Bayern, ha reconocido que es uno de los objetivos del club. Conoce bien la Bundesliga y saben lo que pueden esperar de él.