Ayer se celebró la Gala del Balón de Oro y la verdad es que no hubo sorpresas. Tenía muy claro que Leo Messi conseguiría su octavo Balón de Oro, a pesar de que Erling Haaland hizo una gran temporada en el Manchester City y también lo merecía. Como bien dijo el astro argentino al recoger el premio, seguro que lo ganará en el futuro al igual que Kylian Mbappé, que tuvo que conformarse con la tercera posición.
En el apartado femenino, el Balón de Oro sigue siendo propiedad de una española. Aitana Bonmatí recogió el testigo de Alexia Putellas, ganadora de las dos últimas ediciones, en parte gracias a la gran actuación que cuajó en el Mundial que convirtió a España en campeona del mundo por primera vez en su historia.
La alegría de Aitana y la tranquilidad de Leo
Bonmatí, en un discurso muy correcto, se acordó del Barça y de Joan Laporta, al tiempo que tuvo un guiño hacia Pep Guardiola, quien un buen día dijo que la jugadora azulgrana le recuerda a Andrés Iniesta por sus movimientos.
Messi, más suelto que en otras ediciones al sentirse como en casa, recibió el premio de manos de un David Beckham que es uno de los propietarios del Inter de Miami, su actual club. Reconoció que ganar el Mundial con Argentina le reportó una felicidad inmensa y está convencido de que el fútbol seguirá siendo un espectáculo gracias a talentos como Haaland o Mbappé, que hacen que nos enganchemos al televisor para ver un partido de fútbol.
Evidentemente, Messi ya no ganará ningún Balón de Oro más porque la liga estadounidense es bastante floja y sería injusto que se lo llevara por muchos goles que marque allí. El próximo galardón no será ni para él ni para Cristiano Ronaldo, que a excepción de lo que sucedió la pasada temporada con Karim Benzema y con Luka Modric en 2018, han sido los ganadores del trofeo más importante a nivel individual desde 2008, que se dice pronto.