Las agresiones, desgraciadamente, siguen formando parte del fútbol allá donde se juegue. Como casi siempre, los árbitros son los que salen peor parados. Muchas veces no recordamos que también son humanos y se equivocan como todo el mundo. Igual que cuando un delantero falla un gol no se le agrede, a un árbitro tampoco hay que agredirle si deja de pitar un penalti clarísimo.
En la liga guatemalteca se vivió un triste episodio de violencia durante el partido entre el Universidad de San Carlos y el Heredia. Unos aficionados encapuchados entraron al campo y empezaron a golpear al trio arbitral con palos. Uno de los árbitros asistentes tuvo que recibir 10 puntos de sutura en el muslo. Y todo porque el colegiado había pitado un penalti en contra del equipo local en el último minuto…