Por desgracia se ha convertido en todo un clásico. Cuando el Real Madrid pierde un partido importante Gareth Bale ya sabe lo que le espera. Su salida del Santiago Bernabéu en coche no suele ser nada placentera, e incluso en Valdebebas recibe «piropos» y patadas que su Bentley se ha acostumbrado a encajar en plan boxeador.
Ayer como mínimo lo intentó
El galés se ha convertido en el centro de la ira de muchos madridistas. Eso de cobrar mucho y rendir poco no es algo que esté muy bien visto. Y menos cuando parece ser que no se deja la piel lo suficiente. En el partido de ida ante la Juventus estuvo completamente desaparecido, pero anoche no se le puede reprochar que no lo intentó. Tuvo menos puntería que Fernando Torres en el Chelsea, pero por lo menos acabó con la camiseta empapada de sudor.
No debieron verlo igual los típicos energúmenos que le esperaron a las puertas del coliseo blanco. No sé si será por la tecnología Climacool de las camisetas adidas o qué, pero el caso es que más de uno y de dos le dedicaron unas palabras que a su madre no le habrán gustado demasiado. Por su bien espero que no haya aprendido español, porque a su hijo no suelen decirle nada bueno.
¿Ha llegado el momento de traspasarlo?
A pesar de los pesares, por el momento no sabemos qué va a pasar con él cuando termine la presente temporada. Tiene contrato para rato y alguna que otra oferta que le convendría aceptar. Florentino Pérez debería desenamorarse de él y acceder a la propuesta que le plantea el Manchester United, ya que su traspaso facilitará la llegada de David de Gea.