El Liverpool y el Manchester United no fueron capaces de ver puerta en el partido que disputaron anoche. Los de Jürgen Klopp no estuvieron especialmente finos en la primera mitad, que fue más bien para los visitantes, aunque espabilaron tras el descanso y buscaron el gol generando alguna que otra ocasión que desbarató David de Gea.
El portero español se sacó dos paradones de la chistera para mantener a los suyos con vida. Eso sí, da la sensación de que les va a costar llegar hasta las primeras posiciones de la Premier League, por donde ahora mismo navegan el Manchester City, el Arsenal, el Tottenham y el Liverpool.
Un buen United a ratos
Los diablos rojos no tuvieron su mejor noche, y eso que José Mourinho optó por un centro del campo con un Paul Pogba más cerca de la portería rival. Le guardó las espaldas colocando a Ander Herrera y Marouane Fellaini, pero ni con esas brilló la estrella francesa.
La primera media hora de partido fue para ellos, aunque Loris Karius no se manchó los guantes en exceso. Tocaban y tocaban en campo contrario sin demasiada fluidez, sin llegar a encontrar ese último pase que te permite pisar área.
Ibra falló la única ocasión que olió
Zlatan Ibrahimovic tuvo la mejor ocasión, pero su cabezazo no fue el mejor que le hemos visto hacer desde que es profesional. Por eso se fueron a casa sin ganar y la racha empieza a ser preocupante. Solo han sumado 5 puntos de los últimos 15 posibles, muy pocos para un equipo que aspira a ganar la Premier, o como mínimo terminar entre los cuatro primeros.
Al término del encuentro, Mourinho habló con algo de desprecio del Liverpool diciendo que no son la última maravilla del mundo. Puede que tenga razón, pero ellos tampoco deben ser una maravilla cuando fueron incapaces de generar peligro. El portugués debería hablar más de sus errores y dejar a los demás tranquilos cada vez que es incapaz de lograr los tres puntos. Probablemente le iría mejor.