El Atlético de Madrid fue la gran decepción de la primera jornada de la Champions League. El conjunto madrileño no fue capaz de ganar a un flojo Apoel Nicosia que vino a defenderse pero que pudo llevarse algo más que un empate a cero. Diego Forlán se echó el equipo a las espaldas pero la cruceta y el guardameta local impidieron un triunfo que todo el mundo daba por hecho antes de iniciarse el partido.
La cenicienta del grupo resultó ser más feroz de lo que parecía. El Apoel Nicosia demostró ser un equipo muy ordenado y el Atlético no supo inquietarle demasiado. La inoperancia se convirtió en impotencia y faltó paciencia para terminar ganando el partido. El nerviosismo se apoderó de unos jugadores que ahora tendrán que hacer grandes partidos ante Oporto y Chelsea para clasificarse para octavos de final.
Precisamente Oporto y Chelsea se midieron en Stamford Bridge en el otro partido del Grupo D. Los ingleses llegaban con la moral por las nubes tras sus 5 triunfos en 5 encuentros disputados en la Premier League. Con Carlo Ancelotti se han hecho más fuertes a pesar de que la plantilla es prácticamente la misma que la del año pasado.
La intensa lluvia fue protagonista del choque. Era difícil jugar aunque las ocasiones se sucedieron a uno y otro lado. Nicolas Anelka marcó el único tanto del partido en el minuto 48. A partir de ahí los ingleses se convirtieron en un muro infranqueable, lo que les permite ahora irse a dormir con el primer puesto del grupo en el bolsillo.