La Segunda División B es una categoría que no beneficia mucho a los clubes. Los jugadores que forman parte de los equipos que conforman los cuatro grupos de la Segunda División B suelen cobrar importantes fichas para poder vivir de este deporte. Hay equipos que invierten más y otros que invierten menos, pero por lo general estamos hablando de futbolistas profesionales.
El problema para los clubes es compensar este elevado gasto. Si no acude mucha gente a ver los partidos, algo muy habitual, se pierde una importante fuente de ingresos. Lógicamente el merchandising que se vende es muy reducido. Sólo encontramos excepciones especialmente en Andalucía, donde equipos como el Cádiz (ahora en Segunda Divisón A) tienen aficiones de Primera División.
Los contratos televisivos tampoco son para tirar cohetes. Poca gente sigue los partidos de Segunda División B un sábado por la tarde o un domingo por la mañana. Normalmente siempre hay cosas mejores que hacer, pues el fútbol de esta categoría es muy poco vistoso. Los puntos conseguidos pesan demasiado y los equipos juegan a verlas venir sin arriesgar en exceso. Eso perjudica al espectáculo y, por ende, a los ingresos televisivos y de taquilla.
Mientras muchos clubes sueñan con subir a la categoría de plata, algo que es muy complicado, otros ven como tienen preocupantes dificultades económicas agravadas por la crisis que estamos padeciendo. Así pues, varios clubes se han visto obligados a descender por impagos. Otros se han salvado por los pelos pero pueden tener los días contados.
¿Seguís habitualmente la Segunda Divisón B? Esperamos vuestros comentarios.