La Juventus ha salido muy mal parada del partido del pasado fin de semana ante el Inter de Milán. Primero porque perdieron la segunda plaza en detrimento del Milan y prácticamente no tienen nada que hacer para arrebatarle el Scudetto al Inter. En segundo lugar, los insultos racistas que recibió el delantero Mario Balotelli le han costado un partido a puerta cerrada.
El futbolista italiano de origen ghanés, se mostró muy enfadado al finalizar el partido por esos cánticos racistas. El juez, después de estudiar el caso con detenimiento, ha decidido sancionar al club turinés con un partido a puerta cerrada por los «coros constituyentes de expresión de discriminación racial hacia un jugador del equipo rival». Además, se considera que desde el club no se hizo nada por intentar frenar esta oleada racista, lo que todavía ha agravado más el caso.