Sergio Ramos se ha salido con la suya. El central de Camas quería cobrar más y cobrará más. La última vez que renovó fue en 2015 y desde entonces ha ganado tres Champions League de forma consecutiva, así que algo se merecía. Sin embargo, en vez de pedir un aumento de sueldo el pasado curso, cuando el club aligeró la masa salarial con el adiós de Cristiano Ronaldo, lo ha ido a pedir en el peor momento posible, tras una temporada desastrosa.
Merecida renovación, pero las cosas no se hacen así…
No ha tenido mucha vista, desde luego, y tampoco ha sido muy elegante en las formas. Eso de que se haya filtrado la noticia de que se podía ir a China no ha gustado mucho ni al club ni a los aficionados, que han visto como una vez más ponía el tema de su renovación en boca de todos para que la presión social le diera la razón.
Florentino y Sergio se han dado un abrazo después de discutir. El capitán del Madrid ha salido a la palestra para explicar lo que ha pasado y ha llegado a decir que jugaría en el Madrid gratis. ¿A quién pretendía engañar?
Se merece renovar y se merece ser el mejor pagado de la plantilla. Otra cosa son las formas, que no han gustado, y el momento, que no es el idóneo. Por lo demás, creo que los madridistas deben celebrar la continuidad de un emblema que sigue siendo uno de los mejores centrales del mundo. Es verdad que acaba de cumplir 33 años y está en la recta final de su carrera deportiva, pero no menos cierto es que todavía está en disposición de rendir a un gran nivel y el club debe aprovechar esas dos o tres temporadas que le quedan. Después que se vaya a China o a Qatar a llenarse los bolsillos todavía más.