Parecía que iba a ser su mejor temporada en el Real Madrid. Desde que llegó, Isco se tenía que conformar con la suplencia y acababa como titular gracias al enorme talento que atesora. Le pasó con Carlo Ancelotti, Rafa Benítez y Zinedine Zidane.
Este curso pintaba muy bien para él porque Florentino Pérez fichó a Julen Lopetegui, un hombre que le conoce desde las categorías inferiores de la selección española. Tiene una fe ciega en él, algo que demostró convocándole con ‘La Roja’ incluso cuando no disputaba ni un minuto a las órdenes de Zidane. Sin embargo, los malos resultados provocaron su destitución y el sustituto no ha podido ser peor para Isco.
Ninguneos por un problema que trasciende lo deportivo
Desconozco quién tiene la culpa. No sé si es porque Isco no entrena como debería o porque Santiago Solari no puede ni ver al malagueño. Sea como sea, ha pasado a jugar minutos residuales e incluso fue descartado a la hora de entrar en la convocatoria para disputar un importante partido en Roma, algo que destapó todos los rumores de una mala relación entre el jugador y el técnico argentino.
No se entiende que Isco no juegue porque tiene una calidad que pocos o ninguno tiene en la plantilla. Otra cosa es que no se implique lo suficiente, pero eso ya es algo que solo lo sabe quien está entrenando con él cada día.
City, Arsenal y Juventus al acecho
Su adiós está más cerca que nunca pese a que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2022. Pretendientes no le van a faltar, desde luego, ya que varios equipos de primer nivel están dispuestos a tirar la casa por la ventana para hacerse con sus servicios. Uno de los que está mejor posicionado es el Manchester City de Pep Guardiola, a quien le vendría muy bien tener a un jugador de sus características.
Hazard para olvidar a Isco
Mientras, el Real Madrid ya tiene atado a otro mediapunta de muchos kilates: Eden Hazard. El Chelsea asume que tendrá que traspasarlo este verano porque no quiere renovar (Maurizio Sarri ya raja públicamente de su jugador estrella), y el belga quiere cumplir su sueño de vestir de blanco, así que las tres partes implicadas están condenadas a entenderse.