Menudo partidazo el que se vivió anoche en Anfield. El Liverpool fue como una apisonadora que estuvo a punto de finiquitar la eliminatoria, ya que ganaban por 5-0 en el minuto 69 y Jürgen Klopp decidió que era un buen momento para dar descanso a su estrella, a Mohamed Salah. Sin embargo, la Roma no se rindió y fue capaz de marcar dos goles que le dan algo de esperanza de cara a la vuelta, más que nada porque ya fueron capaces de remontar ante el todopoderoso Barça en cuartos de final.
El tridente del Liverpool da miedo
El Liverpool confirmó lo que todos sabíamos. Es un equipo que te puede matar y se ensaña contigo gracias a la calidad que tienen los tres de arriba. Con Roberto Firmino, Sadio Mané y Salah puedes cargarte cualquier defensa. Y así fue anoche, sobre todo a partir del minuto 25, que es cuando Alisson Becker tuvo que emplearse a fondo.
Las ocasiones llegaban por todas partes y el gol se marcaba. Mané tuvo dos muy claras y no acertó, así que fue Salah quien abrió la lata con un golazo. El egipico, que sin duda alguna es candidato al Balón de Oro, encaró perfilándose para su lado bueno y soltó un zurdazo que se coló por la escuadra, haciendo inútil la estirada de Becker.
Eso pasó en el minuto 36, y en el 45 el máximo goleador de la Premier League apareció de nuevo para deleitarnos con otra obra de arte. Recibió a la espalda de la defensa romana y no se puso nervioso a la hora de definir. Con un toque sutil superó al guardameta brasileño para subir el 2-0 al marcador.
Tras la reanudación continuó el vendaval de los de Klopp, que se sentían muy a gusto jugando a una intensidad que es difícil de mantener durante 90 minutos. Mané hizo el tercero en el minuto 56 porque Salah se lo regaló, y lo mismo se puede decir del primer gol que hizo Firmino en el minuto 61, ya que el ex del Hoffenheim solo tuvo que empujarla. Salah estaba en modo Messi.
Dos goles para creer en la remontada
El 5-0 que parecía ser definitivo también fue de Firmino, esta vez a la salida de un córner botado por James Milner. La Roma parecía hundida y las caras de sus jugadores lo decían todo, pero los de Di Francesco fueron capaces de recortar distancias por medio de Edin Dzeko y Diego Perotti, este último desde el punto de penalti tras unas claras manos de Milner.
Es evidente que el Liverpool lo tiene todo de cara para estar en la gran final de Kiev. Dudo que les pase lo mismo que al Barça, ya que si algo no les falta es actitud, que es lo que propició la sorprendente eliminación de los catalanes.