Esto sí que no nos lo esperábamos. Sabíamos que Italia tenía muchas posibilidades de ir a la repesca porque España está intratable, pero casi todos creíamos que no iban a tener problemas para superar la eliminatoria que hay que jugar para ganarse el billete que te lleva al Mundial de Rusia. Sin embargo, anoche fueron incapaces de marcarle un gol a Suecia, que hizo bueno el 1-0 de la ida y estará en la cita mundialista después de perderse las dos últimas ediciones con Zlatan Ibrahimovic como estrella.
Gian Piero Ventura tiene las horas contadas
El seleccionador italiano pidió perdón, pero eso no le bastará para continuar en el cargo. Tendrá que dimitir, y sino se lo cargarán. La Federación Italiana de Fútbol no esperaba semejante revés, y hay que decir que el técnico tiene parte de culpa.
La tiene porque no fue capaz de darle ni un solo minuto a Lorenzo Insigne, uno de los jugadores más desequilibrantes de Italia. Le dejó en el banquillo, al igual que a El Shaarawy, que al menos tuvo la oportunidad de saltar al césped en la segunda parte.
Sin ellos se perdió creatividad y las ocasiones claras se contaron con los dedos de una mano. El público no lo veía claro y los jugadores todavía menos. Suecia era un bloque sólido sin fisuras y los minutos pasaban volando. Se esfumaba el Mundial, algo que no pasaba desde 1958, cuando se perdieron el Mundial de Suecia. Normal que Gianluigi Buffon rompiera a llorar en la entrevista que le hicieron a pie de campo tras la debacle.
¿El adiós de Buffon?
Echaremos de menos al veterano capitán de la selección italiana, que probablemente disputó su último partido con la ‘Azzurra’, y también echaremos en falta una camiseta que porta cuatro estrellas que equivalen a los Mundiales ganados en 1934, 1938, 1982 y 2006. En el fútbol no te puedes dormir y de nada sirve lo que hayas ganado en el pasado. Cada vez hay selecciones más competitivas y Suecia lo demostró ayer en San Siro. Sintiéndolo mucho, arriverderci Italia.