El Barça se estrenó en la Champions League de la mejor forma posible, goleando a un viejo rival como la Juventus, que la temporada pasada fue su verdugo en cuartos de final. La vendetta llegó sobre todo gracias a Leo Messi, que como bien dijo Ernesto Valverde fue quien desatascó el partido.
El argentino rompió la rutina con una gran jugada justo antes del descanso y continuó haciendo de las suyas tras la reanudación.
Se esperaba más de la Juventus
Los catalanes dominaban y los italianos las veían venir desde atrás. Sin hombres importantes como Giorgio Chiellini, Mario Mandzukic o Sami Khedira daba la sensación de que era una Juve sin carácter, sin ese espíritu que les hace tan competitivos.
Apenas llegaban al área rival y cuando lo hacían finalizaban las jugadas con mucha inocencia. Ni rastro de la pareja argentina formada por Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala.
Siempre Messi
Aunque el Barça llegaba con más peligro, lo cierto es que también le costaba generar grandes ocasiones de gol. Algún chispazo de Andrés Iniesta nos mantuvo enganchados al televisor, pero tuvo que ser Messi el encargado de abrir la lata.
El ’10’ combinó con su amigo Luis Suárez cerca de la frontal del área y batió a un Gianluigi Buffon que todavía está buscando el balón. Su disparo, con pierna izquierda, se coló muy cerca del poste.
Tras el descanso el Barça quiso más y a la Juventus no le importó seguir atrás, esperando su oportunidad al contraataque. Fue precisamente en un contraataque cuando llegó el 2-0. Suárez abrió para Messi, que entraba solo por banda izquierda y se metió hasta la cocina sin miedo. Fue entonces cuando levantó la cabeza y la puso en el área pequeña, donde Sturaro despejó con tan mala suerte que le regaló el segundo a un Ivan Rakitic que remató libre de marca y con Buffon por los suelos.
La sentencia llegó en el minuto 69, cuando Messi volvió a bordarlo, esta vez arrancando desde la derecha para irse hasta el centro, algo que le hemos visto hacer muchísimas veces. Dejó tirado a Benatia amagando el disparo y cuando armó su pierna izquierda Buffon ya estaba vendido. El internacional italiano ni siquiera adivinó la trayectoria que dibujó el balón y el Camp Nou, una vez más, se rindió a la magia de Messi.
Olympiacos 2-3 Sporting de Lisboa
El Sporting de Lisboa, que es el que se supone que peleará con sus limitaciones por uno de los dos primeros puestos junto a Barça y Juventus, hizo sus deberes en el Pireo. Derrotó a Olympiacos por la mínima y pidiendo la hora, y eso que mandaba en el marcador por 0-3 al descanso gracias a los goles de Doumbia, Gelson Martins y Bruno Fernandes. Fue el colombiano Felipe Pardo quien puso algo de emoción a los últimos minutos marcando en el 89 y en el 90.