Rafinha todavía no es un jugador más a las órdenes de Ernesto Valverde. El brasileño sigue recuperándose de su lesión en el menisco de la rodilla derecha mientras medita qué hacer esta temporada, ya que no está nada claro que vaya a tener ese protagonismo que tanto anhela desde que abandonó las filas del Celta para regresar a casa.
En el Barça tiene pocas opciones de jugar
A sus 24 años, se ha cansado de esperar su oportunidad en el once titular del Barça. Quiere continuidad y sabe que en el Camp Nou eso está muy complicado, sobre todo si finalmente se concretan los fichajes de Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho. Por eso no vería con malos ojos cambiar de aires para jugar en el Milan, que por lo visto ha mostrado interés por su situación contractual.
Los italianos van en serio y él quiere jugar el Mundial
Vincenzo Montella cree que puede ser un futbolista de gran ayuda, especialmente si pierden a M’Baye Niang, que podría hacer las maletas en los próximos días para jugar en el Spartak de Moscú. Eso, sumado a las ganas que tiene Rafinha de estar en el próximo Mundial de Rusia, me hacen pensar que no será complicado llegar a un acuerdo.
Una cesión podría ser la solución
Josep Maria Bartomeu, al más puro estilo Gerard Piqué, dijo que Rafinha se quedaba al ser interrogado por su futuro. Dijo que es un futbolista indispensable, pero me temo que puede cambiar de opinión próximamente. No creo que vayan a desprenderse de él porque tiene contrato hasta el 30 de junio de 2020, pero no podemos descartar una cesión que beneficiaría tanto al Milan como al jugador, aunque Valverde le echará de menos a la hora de recurrir a las famosas rotaciones.