Luis Enrique era el hombre más feliz del mundo anoche. Creía en la remontada tanto como sus jugadores y al final se dio. Tuvo que sufrir mucho desde la banda y celebró el gol de Sergi Roberto como si lo hubiera marcado él, ya que se metió dentro del campo y se lanzó al verde soltando toda la adrenalina acumulada en los 94 minutos anteriores.
El asturiano expresó su felicidad en rueda de prensa diciendo que el fútbol es un deporte de chiflados. También dijo que había sido el guión de una película de terror y quiso dedicar la victoria a todos los culés, en especial a los que les apoyaron tras el doloroso 4-0 encajado en el Parque de los Príncipes.
Inolvidable
Días después de anunciar que no seguirá siendo el entrenador del Barça la temporada que viene, me atrevería a decir que Lucho disfrutó como nunca de un triunfo de los suyos. Creo que lo saboreó más que el día que ganaron la Champions League en Berlín derrotando a la Juventus en la final. Las remontadas tienen eso, y más cuando se producen en tan pocos minutos.
Todo o nada
Reconoció que se la jugaron a cara o cruz. Corrieron todos los riesgos que se pueden correr y las cosas salieron bien. Cree que la fe de los jugadores fue clave, y también la del público. Le sorprendió que la mayoría de aficionados se mantuvieran en sus asientos, ya que el Camp Nou es un estadio que normalmente se empieza a vaciar cuando faltan menos de 10 minutos para el final de los partidos.
El que se haya ido lo siento, pero se fastidia. Se ha perdido una noche única.
Para terminar, decir que Luis Enrique siempre hablaba de 6 goles porque sabía que el PSG era un rival de mucha calidad que siempre te puede hacer un gol.