Era algo más que un secreto a voces. Paco Alcácer se ha convertido en nuevo jugador del Barça tras pasar con éxito el reconocimiento médico en la mañana de ayer. Si el acuerdo no se ha hecho oficial antes es porque el Valencia no ha querido, ya que todo estaba atado y listo.
El joven jugador de 23 años (los cumple precisamente hoy) ha firmado hasta el 30 de junio de 2021, por lo que permanecerá en Barcelona durante cinco temporadas si no decide hacer las maletas antes. También tenía contrato con el Valencia hasta 2020 y la acaba de romper, así que en el mundo del fútbol nunca se pueden hacer pronósticos sin miedo a equivocarse.
Un poco más barato que André Gomes
Al Barça le ha costado 30 millones de euros fijos más 2 variables en función de una serie de objetivos (individualidades y colectivos). Me parece una cifra razonable teniendo en cuenta que es un muy buen futbolista, pero parece excesivo por un hombre que a priori calentará el banquillo del Camp Nou cada semana. Sus oportunidades llegarán cuando haya rotaciones, lesiones y sanciones.
Su cláusula de rescisión será de 100 millones de euros, una cantidad que le aleja de casi cualquier grande de Europa. A menos que Luis Suárez se lesione y sea capaz de ocupar su lugar marcando más goles que el uruguayo, dudo que alguien esté dispuesto a poner tanto dinero sobre la mesa.
Luis Enrique le vio marcar en un día feliz que acabó siendo el más triste
Alcácer debutó con la camiseta del Valencia en la temporada 2010-2011. Un debut que nunca olvidará, ya que su padre falleció ese día, en un partido ante la Roma que curiosamente entrenaba Luis Enrique. Paco marcó y era el hombre más feliz del mundo, pero acabó siendo el peor día de su vida al enterarse de que su padre, un agricultor de 44 años, falleció justo después del pitido final, mientras le esperaba junto a su madre en la avenida de Suecia, donde está la tribuna de Mestalla.