A Bastian Schweinsteiger apenas le vamos a ver el pelo esta temporada, sobre todo si sigue aferrado a las remotas posibilidades que tiene de triunfar en el Manchester United. El pasado curso, con Louis van Gaal en el banquillo, no jugó mucho por culpa de las lesiones, que por cierto también le acompañaron durante la Eurocopa de Francia, a la que acudió entre algodones.
Pep Guardiola ya autorizó su venta en su día cuando era entrenador del Bayern de Múnich por cuestiones físicas, y José Mourinho parece pensar igual que el catalán. El portugués le ha apartado del primer equipo dejándole las cosas muy claras desde el primer día. Le recomienda buscarse la vida en otra parte porque no va a pisar el césped de Old Trafford mientras él sea el entrenador.
La esperanza es lo último que se pierde
A pesar de los pesares, ‘Schweini’ confía en su fútbol y considera que puede ganarse un puesto en el once titular del United, donde ahora mismo está muy caro jugar. El fichaje de Paul Pogba resta una posición en el centro del campo, donde jugadores como Marouane Fellaini o Juan Mata, que a priori no contaban para Mourinho, acumulan minutos por méritos propios.
El internacional alemán no quiere marcharse porque no tiene ofertas atractivas. A nivel deportivo y económico no hay nada que esté a la altura del United, así que no se va a mover a menos que reciba nuevas ofertas en los próximos días. Tiene 32 años recién cumplidos y su prioridad puede que ya no sea la de jugarlo todo. Puede que le preocupe más tener un buen salario en Europa antes de dar el salto a una liga exótica, donde sí tendría los minutos que le niega Mourinho. Otra cosa es que haya algún magnate dispuesto a rascarse el bolsillo por un jugador que se lesiona cada dos por tres…