José Mourinho tiene motivos para sonreír. Al igual que sucedió con su predecesor, Louis van Gaal, el Manchester United se está rascando el bolsillo para complacer sus deseos a golpe de talonario. Pagaron 32 millones de euros por Eric Bailly, que pueden acabar siendo 40 por los variables, y ahora se han gastado una cantidad muy parecida por Henrikh Mkhitaryan, que aterriza en Old Trafford por unos 42 millones de euros. Además, entre medias presentaron a Zlatan Ibrahimovic, que ha llegado a coste cero, pero con una ficha espectacular a sus 34 años: unos 12 kilos a los que hay que sumar otros 8 en concepto de prima de fichaje.
Un mediapunta contrastado
A sus 27 años, Mkhitaryan llega procedente del Borussia Dortmund, club que le fichó en verano de 2013 tras una grandísima temporada en el Shakhtar Donetsk. Pagaron 27,5 millones de euros, así que han recuperado la inversión con creces. Lo malo es que Thomas Tuchel tendrá que buscar a un futbolista de sus características para suplir su baja.
Como bien ha dicho Mourinho en su presentación, el armenio es muy talentoso, tiene gol y una visión de juego privilegiada. Es de esos mediapuntas que pueden decidir un partido dando el último pase o perforando la portería rival. Si se adapta rápido a la Premier League el United dará un paso al frente en su objetivo por acabar entre los cuatro primeros de una competición que está cada vez más igualada.
¿Pogba será el siguiente?
Es el tercer fichaje que anuncian desde que aterrizó y no será el último. El técnico portugués habló de cuatro objetivos. El que les queda es Paul Pogba, por el que están dispuestos a pagar 115 millones de euros. El problema es que el francés no ve con tan buenos ojos la posibilidad de volver a la que fue su casa cuando abandonó el Le Havre con polémica. Le hace más gracia vestir la camiseta del Barça o el Real Madrid, aunque los catalanes no pueden invertir tanto dinero y Florentino Pérez no quiere perder la cabeza por mucho que sea el fichaje más deseado de Zinedine Zidane.