Por goles como el que se vio en el último partido amistoso que disputó Francia, a nadie debería extrañarle que los principales clubes de Europa anden tras los pasos de Paul Pogba. El centrocampista galo es uno de los mejores del mundo en su posición porque a sus 23 años lo tiene todo: técnica, físico, pegada, visión de juego…
Una acción de superclase
Parte de esas cualidades las demostró asistiendo a Olivier Giroud en el minuto 41 del encuentro que les enfrentó a Camerún. Ganaron por 3-2 y el mejor tanto de la noche, con el permiso de Dimitri Payet (el del West Ham marcó un golazo de falta), fue obra del delantero del Arsenal.
No tuvo que hacer mucho porque Pogba le dio medio gol masticado. El astro de la Juventus mareó a Eyong Enoh tras superar su agarrón. Amagó con volver hacia atrás y se orientó nuevamente hacia la portería del combinado africano para levantar la cabeza y ponérsela con música a un Giroud que «solo» tuvo que empujarla sin dejar que el balón tocara el césped.
Fue un pase de larga distancia que superó a Aurélien Bayard Chedjou. El central camerunés del Galatasaray trató de despejar el esférico con la cabeza, pero no llegó y el 2-1 subió al marcador.