Se lo merecían. Dejando a un lado la constelación de estrellas que forman Barça, Real Madrid y Atlético de Madrid, el Villarreal ha sido el mejor equipo del campeonato con diferencia. No solo por los puntos que han obtenido, que no han sido pocos, sino por la forma de obtenerlos.
A Marcelino García Toral le gusta el fútbol de toque y ha tenido la suerte de contar con una plantilla que se ha adaptado a la perfección a ese estilo de juego. Lo han disfrutado sus aficionados y lo hemos disfrutado el resto. Normal que estén peleando por ganar la Europa League.
Soldado aprovechó las miserias del Valencia
Anoche sellaron la cuarta posición con un meritorio triunfo en Mestalla. El Valencia ofreció su peor cara y el Villarreal lo aprovechó para sentenciar el partido en la primera parte.
No importó que Marcelino reservara a hombres tan importantes como Bruno, Mario Gaspar, Víctor Ruiz, Cédric Bakambu o Denis Suárez. Los que estuvieron sobre el césped lo bordaron, entre otras cosas porque un exvalencianista estuvo fantástico.
Me refiero a Roberto Soldado, que fue el autor de las asistencias de los dos únicos goles que se vieron. El primero fue de Samu en el minuto 14, y el segundo fue de Adrián en el 33. El ex del Oporto ha recuperado la frescura que perdió años atrás y vuelve a ser uno de esos delanteros que te la pueden liar en cualquier momento. Es inteligente, le sobra velocidad y cuando se trata de definir es un artista. Lo demostró ante Diego Alves, que le aguantó todo lo que pudo y más sin premio.
Proyectos antagónicos
De nada sirve tener mucho dinero si no eres capaz de crear un proyecto deportivo sólido. El del Villarreal lo es, pero el del Valencia hace aguas sea quien sea el entrenador. A Peter Lim le tocará rascarse el bolsillo este verano si no quiere volver a vivir derrotas como la de ayer.