Me temo que la Juventus ganará el Scudetto por quinta temporada consecutiva. Lo digo más que nada porque Gonzalo Higuaín, el actual líder de la clasificación por la Bota de Oro, ha sido sancionado con cuatro partidos de suspensión por su explosiva reacción cuando el árbitro le expulsó el pasado domingo.
Los calentones no sirven de nada
Ocurrió en el partido que disputaron el Udinese y el Nápoles. Los locales ganaban 3-1 y quedaba un cuarto de hora para el final cuando el argentino se equivocó al ir a por un rival sin balón de por medio. No le hizo prácticamente nada, pero el teatro del jugador del Udinese fue suficiente para que viera la segunda cartulina amarilla.
En vez de tomárselo con resignación, Higuaín fue a por el árbitro y le puso las manos en el pecho para empujarlo. Sus compañeros se lo llevaron para evitar males mayores e hicieron todo lo posible para que se calmara, pero el ex del Real Madrid parecía estar poseído. Se encaró con todo el que se le cruzó por delante y se fue a la ducha maldiciendo al árbitro y a su familia.
360 minutos sin su goleador
El juez deportivo de la Serie A ha analizado el caso con detenimiento y ha determinado que no podrá participar en los próximos cuatro partidos. Eso significa que se perderá los siguientes duelos:
Nápoles – Hellas Verona
Inter de Milán – Nápoles
Nápoles – Bolonia
Roma – Nápoles
Debería reaparecer el 2 de mayo para jugar ante el Atalanta en San Paolo un partido correspondiente a la antepenúltima jornada del campeonato italiano. Puede que por entonces sea demasiado tarde para luchar por el título, e incluso es posible que hayan perdido la segunda posición que te da derecho a jugar la Champions League sin tener que pasar por la fase previa. Las locuras se pagan muy caro.
Para terminar, y aprovechando lo de «pagar», decir que el juez deportivo también le ha ordenado desembolsar 20.000 euros en concepto de multa.