El Arsenal se está cansando de Jack Wilshere. Siempre le han respaldado porque es un canterano de los que se dejan la piel en el campo, pero fuera de él comete demasiados errores. El último se ha registrado en Piccadilly Circus, que es donde se encuentra el Café de Paris de Londres, un club nocturno al que ha acudido más de una vez para ahogar sus penas.
En dicho escenario, a las 3 de la madrugada, la policía habló con él tras una pelea en la que se le acusa de haber agredido a otra persona. Él lo niega y por ahora está pendiente de lo que dictamine la investigación que se ha puesto en marcha. Sea como sea, en el Emirates Stadium están decepcionados.
Dudan de su profesionalidad
Su renovación estaba en proceso. El club quería mejorar sus emolumentos, que hoy por hoy ascienden a 80.000 libras esterlinas por semana (unos 100.000 euros por semana). Sin embargo, su último escándalo extradeportivo puede paralizar por completo las negociaciones.
Un mazazo para Wenger
Arsène Wenger, uno de sus principales valedores, no comprende por qué Wilshere se comporta de esta forma teniendo en cuenta que su regreso a los terrenos de juego está más cerca que nunca. La semana pasada volvió a los entrenamientos tras sufrir una rotura de peroné que le dejó KO desde el 31 de julio. Se supone que debe cuidarse, pero la noche le gusta demasiado.
No es la primera vez que la lía
No hay que olvidar que el historial del internacional inglés acumula varios casos que preocupan a la directiva gunner. Se le ha visto fumando en más de una ocasión y siempre le recordarán que un día escupió a un taxista del Tottenham que se negó a llevarlo en su coche por ir demasiado borracho. Además, la FA le multó con 40.000 libras en junio de 2015 por sus cánticos ofensivos sobre los Spurs.