No me extraña que Iker Casillas haya publicado un mensaje en Twitter reconociendo que siente admiración por el Leicester City. El equipo entrenado por Claudio Ranieri está a punto de lograr algo impensable al empezar la temporada. Puede ganar una Premier League en la que compite con equipos como el Manchester City, el Chelsea o el Arsenal, que por presupuesto deberían estar muy por encima. Ayer dio un paso más derrotando al Southampton por 1-0 gracias a un gol de Wes Morgan, un veterano central que todavía no había visto puerta.
Margen de error de dos partidos
El tanto del capitán llegó en el momento más oportuno. Aprovecharon el pinchazo del Tottenham en Anfield (1-1) para ganar y ampliar la diferencia a siete puntos. Es un colchón lo suficientemente cómodo como para pensar que van a levantar el título dentro de unas semanas, aunque el calendario va a ser difícil hasta la última jornada, que es cuando visitan Stamford Bridge.
Acarician el título
Cuatro victorias en seis partidos confirmarían lo que casi nadie se atrevió a predecir cuando el balón empezó a rodar en el King Power Stadium el pasado 8 de agosto, cuando se estrenaron derrotando al Sunderland por 4-2. El Leicester City está haciendo lo imposible con una plantilla que ha costado 55 millones de euros. Es una de las más modestas de la Premier, pero por ahora es la que más puntos ha sido capaz de sumar.
Tienen un puesto prácticamente asegurado en la próxima edición de la Champions League y el ambiente de optimismo crece con el paso de las semanas. Es difícil saber qué va a pasar con sus jugadores más importantes cuando termine el presente curso, pero lo más probable es que el dueño del club tenga que fichar a tres o cuatro jugadores de peso para compensar fugas casi seguras como las de Jamie Vardy o Riyad Mahrez.
Partido «plácido» ante el Sunderland
El próximo domingo viajan al campo del Sunderland, que ahora mismo es antepenúltimo. Deberían sumar los tres puntos (aunque sea ganando por la mínima) y es probable que el Tottenham no pueda decir lo mismo, ya que recibe a un necesitadísimo Manchester United en el White Harte Lane. Una nueva estocada del Leicester City podría dejar la Premier League casi a tiro de piedra.