No he hablado con él y tampoco me he puesto en contacto con los directivos del Chelsea, pero creo que es bastante lógico pensar que Cesc Fábregas no seguirá en Stamford Bridge la temporada que viene. El catalán tiene contrato hasta el 30 de junio de 2019 y todo hacía pensar que lo cumpliría cuando se convirtió en uno de los mejores jugadores de un equipo que conquistó la Premier League el año pasado. Sin embargo, en el presente curso su rendimiento se ha desplomado y su continuidad está en el aire.
Rumores sobre ofertas
No creo que sea traspasado en el mercado de invierno, aunque pretendientes no le faltan. Se rumorea que PSG, Bayern de Múnich y Juventus podrían dar un paso al frente para hacerse con sus servicios. Es más, tampoco hay que descartar su regreso al Arsenal de la mano de Arsène Wenger o un fichaje por el Real Madrid que iría en contra de sus sentimientos.
Hiddink necesita su fútbol
A sus 28 años, al centrocampista español todavía le queda cuerda para rato. Recuperar la mejor versión está en sus manos, y estoy convencido de que el Chelsea lo agradecería. Cuando él carbura, el equipo lo agradece. Por eso Guus Hiddink hará todo lo posible para ponerle las pilas en las próximas semanas.
El técnico holandés apostó por él en su primer once inicial ante el Watford. Eso sí, le sustituyó al descanso para dar entrada al nigeriano Obi Mikel, ya que por lo visto buscaba equilibrio. A Cesc no le haría ni chispa de gracia el cambio, sobre todo teniendo en cuenta que no estuvo especialmente mal durante los 45 minutos que jugó.