El Valencia piensa en el mercado de invierno por necesidad, pero también en los refuerzos que pueden llegar la temporada que viene. Uno de ellos es André Carrillo, extremo peruano que milita en las filas del Sporting de Lisboa.
Se negó a renovar por activa y por pasiva y tampoco aceptó las dos ofertas que le llegaron de clubes de la Premier League, así que los portugueses le han apartado del equipo. Su contrato expira el próximo 30 de junio y se irá con la carta de libertad bajo el brazo.
Castigado por su club
Es una situación incómoda que me recuerda a la que vivió Fernando Llorente en el Athletic de Bilbao, aunque el delantero centro riojano sí tuvo minutos. Los que ha podido acumular André Carrillo son de agosto y septiembre, ya que decidieron cortar su participación tras el partido que disputaron el 13 de septiembre, cuando se impusieron al Río Ave por 1-2.
Tiene 24 años, mide 1,80 metros y es internacional con su país. Son los partidos valederos para la clasificación del Mundial de Rusia los que le van a mantener vivo, ya que en su club no le van a dar ni los minutos de la basura. Es una situación incómoda que se va a prolongar durante más de medio año, aunque a partir del 1 de enero será libre para negociar su fichaje por otro club.
Quiere jugar en una de las grandes ligas
Hay que decir que el Valencia no es el único club que ha mostrado interés por André Carrillo. El Benfica y el Oporto, los dos grandes de Portugal, también pretenden hacerse con su servicios. Sin embargo, los valencianistas juegan con la ventaja de participar en una liga que seduce al peruano, que quiera probar suerte lejos de la Primeira Liga.