Tengo que reconocer que he disfrutado mucho viendo el documental «371» que ha preparado el cineasta Manuel Huerga. Va sobre el calvario que vivió Thiago Alcántara por culpa de sus dos graves lesiones en la rodilla. Pasó 371 días en el dique seco, más de un año sin poder hacer lo que más le gustaba y sin saber cómo respondería su maltrecha rodilla cuando se volviera a recuperar.
Altibajos y desconfianza
El ‘6’ del Bayern de Múnich nos cuenta que ha vivido en una montaña rusa. Momentos buenos, momentos malos y mucha soledad hasta poder regresar a los terrenos de juego. Ha nacido para jugar al fútbol, así que lo ha pasado muy mal y ha llegado a dudar de todo. Además, reconoce que su mal humor ha llegado a afectar a los que le rodean, algo que quería evitar a toda costa.
El apoyo recibido
Rafa Alcántara, que dice de él que es como un padre, un hermano y su mejor amigo, le ha apoyado en todo momento junto a sus padres y su pareja, con la que contrajo matrimonio a finales de junio en una finca privada de Sant Climent de Peralta (Girona).
Como podrás comprobar tú mismo tras darle al play, Thiago ha sudado mucho para volver a ser el jugador que era antes de la lesión. Se ha sincerado y ha mostrado su lado más íntimo para hablarnos de los momentos más difíciles de su carrera deportiva. A pesar de que lo ha pasado muy mal, dice que le ha servido para ser más fuerte mentalmente.