Por un momento he llegado a ver a Kaká con la camiseta ‘rossonera’ del Milan. Pero no la que se enfundó en su regreso, no. Me refiero a la que se enfundó cuando ganó el Balón de Oro en 2007 tras firmar partidos memorables.
Quien tuvo retuvo
Ayer contribuyó a la victoria de su equipo, el Orlando City, marcando un gol de bandera. Recibió el balón en el centro del campo, se orientó hacia la portería rival con un buen control e inició una de esas galopadas que le hicieron tan famoso.
No es que de golpe y porrazo haya recuperado la velocidad. Simplemente supo aprovechar el gran desmarque que hizo el punta hacia el centro arrastrando a uno de los centrales para facilitarle las cosas. Kaká se dio cuenta y se fue derecho a la portería rival, finalizando con un disparo cruzado con el que superó a Myhill al filo del descanso.
Era el gol del empate, porque el West Bromwich Albion se había adelantado en el minuto 14 por mediación de McManaman. El 2-1 llegó en el minuto 47 y fue obra de Carlos Rivas, mientras que el 3-1 definitivo llegó a pocos minutos del descanso gracias al acierto del hondureño Bryan Róchez.